miércoles, 3 de noviembre de 2021

Los orígenes del Zodiaco - parte 4

En Babilonia tenemos el origen de muchos de los mitos que protagonizan personas y animales inmortalizados entre las estrellas. Seguimos este vídeo como hilo conductor.


Impresión obtenida a partir de un sello cilíndrico de ágata, que muestra un centauro (Pabilsag), con arco y flecha, persiguiendo a un león con alas (un grifo). Siglo VII a.C.

La siguiente constelación, la futura Sagitario, es conocida por los babilonios como "el supervisor" (literalmente, "el que todo lo ve") o Pabilsag y aparece representado en piedras limítrofes con la familiar figura del centauro arquero. Solo que no se queda aquí. Este tipo también tiene alas, cola de escorpión y una segunda cabeza parecida a una pantera. Un poco follón, la verdad.

El título de "supervisor" no está muy claro, pero Pabilsag es un dios. No sabemos mucho de él porque es el consorte de Ninsun, la madre de Gilgamesh, y por tanto alguien mucho más relevante que Pabilsag. Puede que fuera un dios curandero, o un dios cazador, puede que se sincretizara con el dios del inframundo, Nergal. Es todo un poco confuso. Parece que se ha combinado con muchos otros dioses con el tiempo, y su representación física tampoco está clara.

 

 
Constelación de acuario o el Aguador, representada como el dios babilónico Ea. Captura del vídeo original.

Pero dejando las confusiones visuales atrás, le toca el turno al barbo o Capricornio. Mitad cabra, mitad pez, todo barbo (en inglés, este pez se llama "goat fish", literalmente "el pez cabra", de ahí el juego de palabras). Estos chiquitines eran símbolos del dios babilónico Ea, dios del agua, creador de la humanidad y muy importante.

Hablando de lo cual, la siguiente constelación, la futura Acuario, era conocida por los babilonios como Ea el Grande. Un sireno muy molón al que se representaba llevando una inmensa vasija repleta de agua. Ea solía ser benevolente, pero como dios del agua también se le hacía responsable de las inundaciones destructivas que ocurrieran, así que despertaba sentimientos encontrados.

Y no sé si tiene relación directa, pero el Sol pasa por Acuario hacia el final del invierno para el hemisferio norte. Periodo que entre el Tigris y el Éufrates solía conllevar deshielo de las montañas e inundaciones ocasionales.


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