lunes, 10 de marzo de 2014

Plutón no da ninguna pena

El revuelo producido tras la "degradación" de Plutón de su estatus de planeta tras la reunión de la Unión Astronómica Internacional (IAU) en  2006 sigue siendo objeto de mucho debate y dudas entre la población. Y no debería. Mi hipótesis favorita es que la única razón por la que Plutón fue declarado planeta en primer lugar fue porque lo descubrió un norteamericano.

Poor Pluto, by Mathias Pedersen

Si quieres descubrir la historia detrás de todo este embrollo, sigue leyendo.




Los cinco planetas más cercanos al sol se conocen desde la antigüedad: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, todos distinguibles a simple vista. Deben su denominación a su aparente recorrido errático en el cielo que contemplamos desde la Tierra: planeta significa "estrella errante" en griego. Ese avance y retroceso que se percibe desde nuestro planeta se debe a una cuestión de perspectiva, ya que sus órbitas alrededor del sol son perfectamente estables.

El planeta Urano, aunque resulta visible sin instrumento alguno, fue confundido durante mucho tiempo con una estrella: apenas variaba su posición en el cielo y su brillo era muy ténue. Finalmente, Herschel lo descubrió en 1781 con su telescopio (aunque de primeras se pensó que era un cometa).

Tuvimos que esperar a la década de 1840 para que se descubriera el siguiente planeta en la lista: Neptuno. La historia de su descubrimiento es una de esas carambolas afortunadas tan raras en ciencia. Analizando perturbaciones en la órbita de Urano, se llegó a la conclusión de que debía haber otro cuerpo masivo más allá responsable de estas ligeras modificaciones. El teórico Le Verrier calculó dónde debía situarse el planeta, y cuando el astrónomo Galle apuntó en esa dirección, lo encontró. Así, a la primera. Un golpe de suerte y pericia combinadas, que sin embargo no se dieron con el siguiente integrante del sistema solar.

Una vez más, se detectaron irregularidades en la órbita de Neptuno y se atribuyó su origen a un nuevo planeta. Pero por más que buscaron, no hubo manera de encontrarlo. Incluso se fundó un observatorio para encontrar el "Planeta X" (por desconocido y décimo), gracias a las donaciones del estadounidense Percival Lowell. 

Hasta 1930, fecha en la que Tombaugh, trabajador de dicho observatorio, declaró haber dado con la solución: Plutón se adoptó rápidamente como el décimo planeta por todo el mundo.

Sin embargo, desde el principio, fue un cuerpo polémico. Después de la cadena de grandes planetas gaseoso que suponían Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, aparecía esta "piedra gorda" con caracterísitcas tan diferentes. Repasemos algunas, Plutón:

  • Es rocoso y pequeño (hasta nuestra Luna es más grande).
  • No tiene una órbita co-planaria: está inclinada casi 20º respecto al resto de planetas.
  • Su órbita es, además, más excéntrica (no tan circular como la de los otros), y de hecho pasa más cerca del Sol que Neptuno en algunos puntos.
  • Forma casi un sistema binario con su luna principal, Caronte: son de un tamaño similar, y rotan en torno a un punto situado entre ambos.

Conforme se fue estudiando el vecindario situado más allá de las órbita de Neptuno, más cuerpos rocosos y helados fueron apareciendo. Con el descubrimiento en 2005 de otro cuerpo de similar masa y mayor tamaño, Eris, el estatus de Plutón como planeta quedó aún más en entredicho. Porque lo que en realidad sucede es que tanto Plutón como Eris y muchos otros, pertenecen a una región de asteroides, denominada el cinturón de Kuiper.

Así que cuando se reunió la Unión Astronómica Internacional y estableció una definición formal de planeta, Plutón cayó a la categoría de "planeta enano", junto con Ceres (que pertenece al cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter), Eris (informalmente conocido como Xena), Makemake (el único sin satélites) y Haumea (co-descubierto por un equipo español y de curiosa forma elipsoide).

Para los nostálgicos, queda la imagen que encabeza esta entrada. Y si queréis echaros unas risas, echad un vistazo al siguiente vídeo.



Para más información, consulta la página de la IAU sobre el tema en inglés.

2 comentarios:

  1. Normalmente las cosas que se aprenden en el colegio siempre da pena cambiarlas, sean los planetas, las provincias, los países. Todo esto desde un punto de vista sentimental claro. No desde un punto de vista racional.

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    1. Eso está claro, Busco a Jacks, pero el cambio es bueno, o nunca progresaríamos :)

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